Cofradía de San Juan Evangelista, de Avilés

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Cofradía de San Juan Evangelista, de Avilés | Eventos | Semana Santa | Hermandades y cofradías | Avilés | Comarca de Avilés | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.

Descripción

Constituida en el año 1948, procesionó por primera vez el 24 de marzo (Miércoles Santo) de ese mismo año en la procesión del Santo Encuentro.

Está formada por varones, solteros y en edad entre 5 y 33 años, la edad de Cristo al morir. Es por este hecho de la edad y de ser los jóvenes de la Semana Santa avilesina por el que despiertan gran admiración y cariño entre la multitud que abarrota las calles avilesinas cuando hay procesión, siendo popularmente conocidos como los sanjuaninos.

Los casi doscientos cofrades visten todos túnica azul de raso, complementada con capuchón blanco y capa roja. El cíngulo es de color blanco, como los guantes, mientras que los pies van cubiertos por unas sandalias de cuero rojo, hechas a mano. Las sandalias son un complemento al traje que, adquirida cierta edad, los cofrades van abandonando, pasando a procesionar descalzos, en señal de penitencia. El capuchón blanco lleva en el centro el escudo de la cofradía, que consiste en una cruz verde con el águila de San Juan en el centro. Por último, cada cofrade porta en su mano una cruz de madera, en la que también va reproducido el escudo de la cofradía.

La Cofradía de San Juan Bautista de Avilés interviene en la Procesión del Santo Encuentro (Miércoles Santo) junto a las cofradías de Jesusín de Galiana y La Dolorosa; Procesión del Silencio (Jueves Santo), que lo hace sola, y Procesión del Santo Entierro (Viernes Santo) con el resto de cofradías de la parroquia de San Nicolás conjuntamente, teniendo una representación como todas las demás en las procesiones de La Borriquilla (Domingo de Ramos) y en la de La Soledad de Sabugo (Viernes Santo por la noche).

Historia de esta cofradía

Eran principios del año 1948 cuando un grupo de jóvenes pertenecientes en su mayoría a Acción Católica decidieron en firme crear una cofradía y así, con D. Armando Benítez Fernández a la cabeza y como fundador, nació la cofradía de San Juan Evangelista.

Desde el momento en que nació la idea, las ganas y la ilusión de trabajar por ella no tardaron en dejarse ver en el espíritu de estos jóvenes muchachos.

Los recursos económicos eran no sólo escasos sino totalmente nulos, por lo que la empresa de la creación de la nueva cofradía fue especialmente dura y difícil.

En el transcurso del mes de febrero del citado año 1948, aquellos primeros cofrades y fundadores se pusieron manos a la obra tomando como «cuartel general» el salón de actos de la parroquia de San Nicolás, lugar que se convirtió en taller de sastrería, de donde después del incesante cortar y más cortar de Matilde Benítez, del coser ininterrumpido del ropero parroquial salieron aquellos primeros trajes de San Juan, amén de la ayuda de D. Herminio Pérez Fuentes (Tejidos Herminio) que, de forma desinteresada, cedió la tela para confeccionar los hábitos, pues, conocedor de la situación económica de la cofradía, no pretendió en ningún momento recibir dinero alguno, en una prueba de cariño hacia algo que realmente sentía como suyo.

Los bordados de Chona, Luisa López y los improvisados carpinteros, pintores, etc., que fueron nuestros cofrades hicieron el resto.

Fue así cómo el 24 de marzo de 1948 la cofradía de San Juan Evangelista, recién constituida, hizo su presentación oficial, convirtiéndose en la primera cofradía en desfilar en procesión y semilla y ejemplo de todas las demás cofradías y de la Semana Santa de la Villa de Avilés.

Fue en la procesión del Santo Encuentro, hacia las ocho de la tarde, en medio de una gran expectación cuando hizo esta primera aparición. Los hábitos eran azules, con su capuchón también azul y con una banda roja en la cintura. La andilla en la que se portaba a hombros San Juan era pequeña, llevada por cuatro cofrades. Casualmente, esa primera andilla se utiliza en la actualidad en la procesión de San Agustín, el día de la festividad del patrono de Avilés, cada 28 de Agosto, que organiza la cofradía de El Bollo, institución que siempre colabora con la cofradía de San Juan.

El Jueves Santo de ese mismo año el paso de la Tercera Palabra apareció nuevamente para el Via-Crucis, pero en esta ocasión ya escoltado por los cofrades de San Juan que portaban cirios en sus manos. El paso era un carro prestado por don Etelberto Bravo (q.e.p.d.), dueño de Conservas Bravo, en donde iban las imágenes de Cristo en la Cruz, La Dolorosa y San Juan.

En 1953, siendo Hermano Mayor D. Ricardo González Muñiz, Richard (q.e.p.d.), el hábito de San Juan sufre una transformación que iba a perdurar ya hasta la actualidad. El hábito pasó a ser azul con una capa roja, capuchón blanco, cíngulo blanco en la cintura y sandalias rojas. En el centro del capuchón y en su parte baja se encuentra el escudo de la cofradía, que está formado por una cruz verde con un águila en el centro. La cruz verde está inspirada en el escudo de Acción Católica, ya que, como habíamos dicho anteriormente, de sus jóvenes nació esta cofradía. El águila representa a San Juan Evangelista, se dice que por la «altura de pensamiento» del apóstol.

Según había comentado Richard (q.e.p.d.) por aquel entonces, lo que los cofrades pretendieron fue «dar el último toque a su significado. El azul y el rojo son los colores que llevan la túnica y capa de nuestro San Juan; pero nos faltaba algo que fuera en relación directa con el mismo Santo, no con sus vestidos, y por eso escogimos el color blanco para el capuchón, que viene a significar la pureza que tuvo siempre el más fiel de los apóstoles».

Para esos nuevos trajes se redoblan los esfuerzos de nuevo y volvió a ser providencial e imprescindible la ayuda de Tejidos Herminio, tan desinteresada como la anterior, así como el coser de las señoras y señoritas del ropero parroquial, algunas de ellas ya mencionadas con anterioridad.

De la idea de buscar en los cofrades de San Juan una similitud con el joven apóstol se contemplan los requisitos fundamentales para ser cofrade y que son: el estado de soltería, ser varón y tener una edad no superior a los 33 años. La edad mínima es de cinco.

Este hecho hace que sean muchos los jóvenes que pasan cada año a engrosar sus filas y de ahí viene que se les conozca popularmente por la cofradía de los «sanjuaninos».

La cofradía de San Juan en la actualidad es fiel conservadora de su tradición y de su historia permaneciendo inalterables estos requisitos fundamentales, en un principio de lealtad hacia sus fundadores que así quisieron, supieron y pudieron, a pesar de su juventud, de los poquísimos recursos de la época y de las posturas intransigentes de muchos, hacer una cofradía en honor a San Juan Evangelista.

Como consecuencia de las limitaciones de estado civil y edad que sufren sus cofrades en activo como se acaba de comentar, es la cofradía que más cambios de Hermano Mayor sufrió de cuantas participan en la Semana Santa de Avilés.

Así, en los 58 años de historia que ahora se cumplen fueron un total de 18 los que tuvieron el gran honor de acceder a tan distinguido cargo, circunstancia que todos y cada uno ellos coinciden en que es algo absolutamente «anecdótico», si se le puede llamar así, pues si de algo hace gala cada año la cofradía es del gran espíritu de compañerismo, unión y colaboración de todos y cada uno de sus cofrades, independientemente del cargo que ocupen o la función que desempeñen dentro de su organigrama. Esto se refleja en la calle, ya que el Hermano Mayor viste exactamente igual que cada uno de sus cofrades y no tiene ningún tipo de ornamento que lo diferencie, porque dentro de la cofradía no hay lugar para la distinción.

Los cofrades que ostentaron el cargo de Hermano Mayor fueron los siguientes:

D. Armando Benítez Fernández: 1948, 49 y 50.

D. Emilio Izquierdo Combeller (q.e.p.d.): 1951.

D. Ricardo González Muñiz, Richard (q.e.p.d.): 1952, 53, 54, 55, 56 y 57.

D. Antonio María García Rodríguez del Valle: 1958 y 59.

D. Germán Alvarez Vega: 1960 y 61.

D. Antonio Gamba Cuervo-Arango (q.e.p.d.): 1962.

D. Victorio Maestre: 1963.

D. Nicolás Arenas Suárez: 1964, 65 y 66.

D. Enrique Mdez. van Riet: 1967, 68 y 69.

D. Fernando Rodríguez de la Flor Argudín: 1970, 71 y 72.

D. Francisco J. González Ruisánchez y D. Alfonso Tovar Potes: 1973 y 74.

D. Francisco J. González Ruisánchez: 1975.

D. César Álvarez-Cascos Manserre: 1976, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86 y 87.

D. Juan José Tovar Potes: 1988.

D. Ramón Fernández Hernández: 1989, 90, 91, 92, 93, 94, 95, 96, 97, 98 y 99.

D. José Luis van Riet Martínez: 2000-2004.

D. Jorge Tovar García: desde el año 2004.

Cabe señalar que cada uno de los Hermanos Mayores que cesan en el cargo pasan a ser Hermanos Honorarios, que no Hermano Mayor Honorario, este último en posesión de nuestro fundador, D. Armando Benítez Fernández, y de D. Ricardo González Muñiz, Richard (q.e.p.d.).

El cambio de Hermano Mayor se produce por cese del actual y este último es el que propone a su inmediato sucesor. El candidato es presentado en junta general a todos los cofrades y se da la posibilidad de que se presente algún candidato más. En caso de que así fuera, se realizarían unas elecciones, circunstancia que no llegó a acontecer hasta la fecha pues todos los cofrades propuestos cuentan con el apoyo de todos y cada uno de sus compañeros. Es, pues, el nombramiento de Hermano Mayor por aclamación.

La cofradía de San Juan Evangelista es la que más veces participa en la Semana Santa de Avilés ya que lo hace en tres ocasiones.

Interviene en la Procesión del Santo Encuentro (Miércoles Santo) junto a las cofradías de Jesusín de Galiana y La Dolorosa; Procesión del Silencio (Jueves Santo), que lo hace sola, y Procesión del Santo Entierro (Viernes Santo) con el resto de cofradías de la parroquia de San Nicolás conjuntamente, teniendo una representación como todas las demás en las procesiones de La Borriquilla (Domingo de Ramos) y en la de La Soledad de Sabugo (Viernes Santo por la noche). En todas sus participaciones, la cofradía se acompaña de su propia banda de tambores, creada en la década de los años 70 del pasado siglo XX.

De las tres, es la del Silencio en la que los sanjuaninos sacan un paso de ruedas, representándose sobre él la Tercera Palabra. Es una procesión muy apropiada para el recogimiento. Los cofrades portan faroles en sus manos, haciendo que sus largas dibujen una línea de luz casi perfecta provocado esto a su vez por su disciplina en el desfile, pues todos y cada uno de ellos (desde el guión que abre la procesión hasta el cierre de la misma) marcan el paso que les marca el redoble del tambor al mismo tiempo.

En las otras dos, el verdadero y único protagonista es el apóstol San Juan, que es portado a hombros por sus cofrades. Para tal cometido, los sanjuaninos emplean una andilla, elemento que con el paso de los años se vio modificado y sustituido en tres ocasiones. La primera de ellas era llevada por cuatro cofrades, siendo de pequeñas dimensiones, circunstancia que no quitó brillantez a esa primera procesión de la cofradía de San Juan y posteriores. En el año 1955, ocupando el cargo de Hermano Mayor Richard (q.e.p.d.), la pequeña y originaria andilla de cuatro fue sustituida por otra sustancialmente mayor, que debía llevarse entre 10 cofrades. El tallista avilesino D. Fernando Martín Alonso fue el artífice de la obra. Pero no tendría una larga vida esta nueva adquisición pues el progreso continuo en el que estaba sometido la cofradía hizo que las novedosas «andas» se quedaran pequeñas y así, 7 años después, en 1962 tomó el relevo un nuevo paso, una nueva andilla considerablemente mayor, que había de ser llevada en esta ocasión por 14 cofrades. Fueron fabricadas en la Escuela de Maestría Industrial «Juan Antonio Suances» y obra de D. Horacio Núñez. Por aquel entonces el cargo de Hermano Mayor recaía en la persona de D. Antonio Gamba Cuervo-Arango (q.e.p.d.). Larga vida le esperaba a esta nueva andilla que fue sin duda la que más cofrades vio pasar bajo sus varales. En 1994 tuvo que sufrir una importantísima reparación en su estructura, pues el estado en que se encontraba era bastante precario, con el consiguiente riesgo para la imagen de San Juan, que se podía precipitar desde lo alto en cualquier momento. Esto era debido a que por falta de recursos (una vez más), los cofrades sólo disponían de lugares no muy propicios para su conservación, exponiéndose en muchos casos a grados de humedad no recomendables, presencia de polilla, etc., pero siempre con el agradecimiento a todos los ex cofrades y simpatizantes que durante todos estos años cedieron desinteresadamente aquellos locales que buenamente podían ofrecer, porque no cabe ninguna duda de que era lo mejor de lo que disponían y hubieran dado lo que fuera por poder dar lo que realmente fuera lo idóneo. La reparación corrió a cargo esta vez del prestigioso ebanista Toni Solís, bajo el mandato como Hermano Mayor de D. Ramón Fernández Hernández. Pero llegó ese momento en el que la vieja andilla no dio más de sí pese a las reparaciones. A los cofrades que «crecieron» con ella desde que en su niñez formaron parte de la cofradía les tocó la dura pero necesaria e irremediable decisión de sustituirla por otra nueva. En aquel momento las arcas de la cofradía no contaban con nada de dinero y hubo que realizar un gran esfuerzo para recaudar el montante necesario para poder llevar a cabo el proyecto de que San Juan estrenara un nuevo paso. Esta situación les hizo valorar muchísimo más el esfuerzo que en el año 48 habían hecho sus propios fundadores así como de todos y cada uno de los compañeros cofrades que se vieron en la misma situación de tener que sacar de la nada lo necesario para que la cofradía de San Juan pudiera estar un año más en la calle. No faltaron las ayudas, gracias a Dios, y, por fin, tras un duro año en el que todos pusieron una gran dosis de ilusión y mucho más de esfuerzo, se procedió a la sustitución de la andilla, la cual se presentó en la procesión del Santo Encuentro (Miércoles Santo) de la Semana Santa de 2.000.

Se vuelve a aumentar las dimensiones del paso con un importantísimo incremento del peso del mismo debido a la cantidad y calidad del tipo de madera que lo compone, lo que hace que tengan que ser 18 el número de cofrades encargados de portarlo. En su parte central delantera se encuentra el escudo de la cofradía tallado en madera; y resaltamos de la nueva andilla su perímetro, donde en cada uno de los paneles que lo forman se ven representadas, gravadas bajo relieve, cada una de las estaciones del Via-Crucis, en un alarde de tremenda profesionalidad y maestría artística de su creador, D. Generoso García Rodríguez, importante ebanista de Corvera.

Otro de los elementos utilizados por los cofrades para las procesiones es la gran cruz de madera maciza, que se utiliza en la ceremonia del Desenclavo y que es llevada por tres de ellos. En la ceremonia del Desenclavo, que se representa todos los Viernes Santo en la campa de la iglesia de San Nicolás, tienen una especial participación los cofrades de San Juan, no sólo en la ceremonia propiamente dicha (los sanjuaninos son los encargados de encaramarse en lo alto de la cruz para proceder al desenclavo del Cristo) sino en todo lo que concierne a sus preparativos y que seguramente mucha gente desconoce.

Es el Viernes Santo cuando la luz del día empieza a dejarse ver, cuando tiene lugar su colocación. Los cofrades encargados para la tarea son los mismos que llevan toda la noche haciendo turnos de velas al Santísimo en la capilla de la Purísima, costumbre en la que la cofradía de San Juan también es pionera y secundada después de varios años por (a excepción de alguna) el resto de cofradías. No es tarea fácil su instalación, pues por sus dimensiones y peso es de muy difícil control, teniendo en cuenta que hay que ponerla de forma totalmente vertical para poder incrustarla en el agujero preparado para tal fin en el pórtico central de la campa de la iglesia. El resto de los preparativos es más sencillo pero no por ello deja de requerir un trabajo. Se procede a instalar el Cristo en lo alto de la cruz, con cierta premura pues doña Matilde Benítez acudirá fiel a la cita como todos los años con su precioso sudario bordado que tan gentilmente cede para la preciosa ceremonia, entrañable señora que por otra parte es una incansable colaboradora de los sanjuaninos y siempre está pendiente, con aguja en mano, de retocar o confeccionar todo lo que necesiten.

Para los preparativos de cada una de las procesiones se hacen indispensables determinadas personas que, sin pertenecer a la cofradía, la sienten como si realmente así fuera. Estas personas son todas aquellas mujeres: madres, novias y hermanas de sanjuaninos, a las que la cofradía les da su más sincera consideración y admiración. Ellas son las que cosen los paños que ha de cubrir los varales de la andilla, las que dan un repaso a los faldones que lo engalanan, las que dan ese toque de buen gusto a la hora de adornar ciertas partes de la andilla o dar ese planchazo de última hora a aquellos trajes que lo necesitan. Los nombres de estas personas están en la mente de todos y son conocedoras todas ellas de que la cofradía de San Juan se lo agradece de todo corazón.

Fue la madre de dos hermanos cofrades la que, con la opinión de que la imagen de San Juan era merecedora de mejores galas, decidió confeccionarle un nuevo traje de gala. Estamos hablando de doña María Jesús Cueto, que con unas prodigiosas manos realizó un precioso hábito para San Juan, bordando en oro en su parte delantera el escudo de la cofradía y haciendo un importantísimo repaso a todos los bordados de la capa del santo. En su domicilio está a buen recaudo el traje de San Juan durante todo el año y a ella también se le debe rendir un particular agradecimiento, pues son muchos los apuros de los que saca, año tras año, a los sanjuaninos con su hilo y su máquina. Todo un regalo y un privilegio poder contar con tan magníficas colaboradoras.

La lista de personas que colaboran directamente con la cofradía se haría interminable, pero es de destacar entre todas ellas a Confecciones Galem, que elabora los patrones para los hábitos; a Ricardo, el sastre, que tantos años cosió bajo su condición de sanjuanín en activo y después como ex cofrade para la cofradía; a Maximino, el del taller de El Caliero, que presta cada año ese par de baterías que iluminan los pasos como el sol; a Ricardo, zapatero «oficial» de la cofradía, que tantas soluciones rápidas y eficaces da para las sandalias a última hora; o a Pepe Menéndez, que lo tienen a maltraer los sanjuaninos por llevarle siempre las horquillas cuando el tiempo apremia para que las ponga a punto; a la familia Solías García, que con ese buen gusto de Kiko llevan repletos de flores los jarrones que lucirán los pasos en las procesiones, y, cómo no, a todos los ex cofrades y amigos que están alrededor de la cofradía de San Juan y que no por omitirlos es menos importante su colaboración.

El cuartel general de la cofradía de San Juan para todos los preparativos previos a las procesiones era la emblemática Escuela de Artes y Oficios (institución muy considerada por los sanjuaninos), hasta que, en el año 1986, quedó totalmente destruida por un incendio, teniendo que proceder al traslado a la parroquia de San Nicolás desde entonces y hasta nuestros días.

Tras las paredes de cada una de las sedes en las que «creció» la cofradía, queda algo más que trabajo, sacrificio y muchas horas de sueño, y es que los sentimientos afloran y de qué manera al final de la procesión del Viernes Santo de cada Semana Santa. Por las condiciones ya repetidas, obligatorias e imperturbables en el tiempo para ser cofrade (nos referimos concretamente en esta ocasión a la de ser soltero y menor de 33 años), raro es el año que un sanjuanín no tenga que decir adiós a su querida cofradía y a todos sus compañeros. El Hermano Mayor llama al escenario del salón de actos de la parroquia (lugar donde se cambian de ropa los cofrades) a cada uno de los que han de colgar el hábito, siendo el momento para el reconocimiento y las despedidas. El mejor recuerdo que se llevan es, sin duda, el gran aplauso del resto de sanjuaninos que ven cómo cada Semana Santa que termina es una menos para ellos y que a todos sin excepción les llegará el día en que tengan que subir al escenario.

Pero la vida de la cofradía debe seguir y es entonces cuando los más pequeños bajan del salón de actos al atrio de la iglesia para disfrutar de esa modesta merienda de pasteles y refrescos que tienen sobradamente merecida y con la que sus mayores quieren agradecerles su esfuerzo.

Fuera ya de lo que es la Semana Santa, la cofradía de San Juan realiza una serie de actos durante el año, eventos que son muy participativos en número de cofrades y seguido también por familiares y simpatizantes. El primer domingo de octubre, tiene lugar, en Covadonga, la tradicional Ofrenda Floral a la Santina. Asisten todos los cofrades, familiares y amigos a la celebración de la Santa Misa en la Basílica, cantada por el coro de la Escolanía de Covadonga. Como curiosidad, hacer mención a que un año la casualidad hizo coincidir a la cofradía con la excursión que todos los años organiza el Coro del Centro Asturiano de La Habana de Avilés, lo que hizo que fuera este coro el encargado de cantar la misa de ese domingo en la basílica como es costumbre en su peregrinación anual, hecho que fue acogido de muy buen agrado por todos los cofrades asistentes, pues es el coro un gran colaborador de la cofradía de los sanjuaninos, estando siempre dispuesto cuando se le solicita de forma totalmente desinteresada. Los verdaderos protagonistas de ese día son los más pequeños. Ellos son los encargados de realizar la ofrenda en la Santa Cueva, con la lectura de una plegaria, redactada por el capellán de la cofradía de San Juan, D. José Carlos Panizo Calvo, para posteriormente poner a pies de la Santina un precioso ramo de flores.

Con la llegada de la Navidad llega también la festividad de San Juan Evangelista (27 de Diciembre), con la celebración de una misa en honor del Apóstol y por todos los cofrades y ex cofrades fallecidos. Es oficiada por el padre Panizo en la capilla de Jesusín de Galiana, lugar donde se venera la imagen de San Juan. La jornada de celebración comienza ya a primera hora de la tarde con juegos para los más pequeños en un polideportivo municipal y con una sencilla merienda en la casa parroquial de la calle San Francisco.

En los previos a la Semana Santa, concretamente el Viernes de Dolores, tiene lugar la tradicional Cena Anual de Cofrades y Ex Cofrades en el Restaurante La Serrana, cena muy participativa en cuanto a personas se refiere. Es lugar para darles el agradecimiento por su inestimable ayuda tanto durante las procesiones (cuando hacen funciones de auténticos gregarios de lujo) como fuera de ellas, y en donde las «viejas glorias» (como cariñosamente los jóvenes sanjuaninos llaman a sus veteranos) intercambian un sinfín de anécdotas de su paso por la cofradía, circunstancia que no hace otra cosa que enriquecer en conocimiento de la historia más pura a los sanjuaninos que les suceden, en una lección magistral de que el dejar de ser soltero o ser mayor de 33 años es algo a que a todos les llega con el tiempo, pero que la condición de sanjuanín y el amor que uno siente por la cofradía son cosas que duran eternamente.

Fuente: Libro 1948-1998 - 50 Años de la Cofradía de San Juan. EuroWeb Media, SL.

Concejo de Avilés

Cosmopolita, marinera, medieval, dinámica y metropolitana, así es la ciudad de Avilés y su entorno.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Avilés son: Castrillón, Corvera de Asturias, Gozón y Illas. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Avilés, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de Avilés

Combina costa e interior y ostenta varios ‘récords': la última gran obra de Niemeyer, el casco histórico mejor conservado de Asturias, la primera piscina fluvial, los carnavales más famosos, uno de los quesos azules más sabrosos, y cuna de la única mina submarina de España.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Avilés, Castrillón, Corvera de Asturias y Illas. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«La fabada asturiana no solo es un plato delicioso, sino que también es un símbolo de la cultura asturiana y de su tradición culinaria. Es un plato reconfortante y sustancioso, perfecto para los fríos inviernos del norte de España. Además, es muy apreciado y valorado en todo el país, e incluso ha trascendido las fronteras para convertirse en un referente de la gastronomía española en el mundo.»

Resumen

Clasificación: Eventos

Clase: Semana Santa

Tipo: Hermandades y cofradías

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Avilés

Parroquia: Avilés

Entidad: Avilés

Zona: Centro de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Comarca: Comarca de Avilés

Dirección: Aviles

Código postal: 33400

Web del municipio: Avilés

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Avilés

Dirección

Dirección postal: 33400 › Aviles • Avilés › Principado de Asturias.
Dirección digital: Pulsa aquí



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