Avilés, 1918. La trágica muerte del actor Jambrina

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Avilés, 1918. La trágica muerte del actor Jambrina | Etnografía | El concejo | Varios | Avilés | Comarca de Avilés | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.

Descripción

  • Autor: Ramón Baragaño*, escritor e investigador.

El 6 de marzo de 1918 ocurrió, en las proximidades de Avilés, un luctuoso suceso que conmovió a todos los avilesinos. En la tarde de ese día, a la vuelta de una excursión en automóvil por Salinas y Arnao, falleció en accidente el gran actor Bernardo Jambrina, que estaba a punto de despedirse de Avilés después de haber actuado, con enorme éxito, en el Teatro Iris durante varios días con su Compañía. La noticia corrió como la pólvora y produjo tal impresión que casi llegó a paralizar la vida cotidiana de la villa. Jambrina era muy querido por su simpatía personal y admirado como pocos actores lo habían sido hasta entonces, especialmente entre el público femenino, muy sensible a las extraordinarias cualidades que como recitador de poesía tenía el joven actor.

Su cadáver fue expuesto en el vestíbulo del Iris, donde quedó constituida la capilla ardiente, y por allí desfilaron miles de avilesinos, gentes de la comarca y muchos gijoneses, ya que había estado anteriormente actuando en la villa de Jovellanos, donde también logró enormes cotas de popularidad. El entierro, del que afortunadamente poseemos testimonio gráfico, constituyó sin duda uno de los acontecimientos luctuosos más importantes que se recuerdan en Avilés.

Bernardo Jambrina

Nació en La Coruña, aunque no sabemos exactamente en qué fecha. Dado que falleció el 6 de marzo de 1918 a los treinta años de edad, hay que fijar su nacimiento entre 1887 y 1888. Muy joven aún, se integró en la compañía teatral del gran actor catalán Enrique Borrás, con la que viajó a Cuba en octubre de 1908. En aquella isla alcanzó pronto una gran popularidad, actuó en varias ciudades, mantuvo relaciones con grupos literarios y escribió poemas para diversas publicaciones, como ´Bohemia´, ´El Fígaro´, ´Letras´, ´Eco de Galicia´, ´La Noche´, ´Galicia´ y otras. Su drama ´La tragedia del amor´ logró un enorme éxito de crítica y público, y parece que publicó en 1913 un folleto con su poema en gallego ´Renacimiento´. Ese mismo año fue redactor del diario ´La Lucha´ y colaboró con frecuencia en su suplemento literario dominical.

Cuando la compañía teatral de Borrás regresó a España en 1909, Jambrina permaneció en Cuba, donde estaba asentada una gran colonia gallega. A partir de 1914 realizó una gira por varios países hispanoamericanos (Colombia, Chile, Venezuela, Nicaragua, Perú.), donde actuó con éxito en los principales teatros. El dramaturgo colombiano Antonio Álvarez Lleras escribió para él la obra titulada ´Alma joven´, de la que dice en su autobiografía: «Me la representó Bernardo Jambrina, aquel famoso actor español a quien todos mis contemporáneos recuerdan, en especial porque fue el mejor y más personal de los recitadores que hayamos oído en Bogotá. ¿Quién puede olvidar su magistral interpretación de ´El nocturno´, la sin igual de la ´Marcha triunfal´ de Rubén Darío? Jambrina venía acompañado de la notable actriz Evangelina Adams. Nadie como ellos ha logrado interpretar la ´Canción de cuna´ de Martínez Sierra ni las obras de los Álvarez Quintero».

En 1917 decidió regresar a España para intentar triunfar en los escenarios de su patria como actor y recitador de poesías. Formó una notable compañía teatral en la que figuraban la primera actriz asturiana Margarita Robles, las actrices Eloísa Muro (su esposa), Vigo y Alpuente, y los actores Novajas, Martiánez, Navarro, Indarte y César Muro (su suegro). Tras hacer su presentación en Valladolid, pasaron a continuación al Teatro Robledo, de Gijón, donde lograron un arrollador éxito y prolongaron las funciones durante varios meses, concretamente hasta los carnavales de 1918. Allí comenzó Jambrina a lograr una popularidad tan enorme como la que alcanzan hoy algunos actores y cantantes que son esperados a la llegada y a la salida de sus actuaciones por miles de admiradores, aunque en aquellos tiempos todavía no estaba de moda firmar autógrafos.

Jambrina en Avilés

Desde Gijón la compañía pasó a Avilés, donde iban a ofrecer ocho actuaciones. El debut tuvo lugar en el Teatro Iris, el 20 de febrero de 1918, con la comedia ´El adversario´, que alcanzó un notable éxito, y especialmente Jambrina, que logró cautivar al numeroso público recitando de forma magistral, al término de las funciones, composiciones poéticas suyas y de otros autores. Ante la memorable acogida, la empresa ofreció tres nuevas representaciones más.

Eloísa Muro, la esposa de Jambrina, no había podido actuar en Gijón porque se hallaba en avanzado estado de gestación, por lo que a los pocos días de la llegada a Avilés dio a luz un niño que fue aquí bautizado. Este afortunado hecho hizo que el joven actor fuese aún más conocido y apreciado por los avilesinos. Así pues, a sus treinta años de edad y en pleno éxito como actor, recitador y poeta, Jambrina tenía previsto continuar sus actuaciones por varias localidades del Cantábrico y después ir a Galicia. En Avilés sólo quedaba pendiente la última actuación correspondiente al 6 de marzo, tras la cual la compañía abandonaría nuestra villa, pero el trágico destino de Jambrina iba a truncar todos sus planes.

Era el día que la compañía de Jambrina se despedía de Avilés, con la función de beneficio a su esposa, Eloísa Muro, y el estreno de la obra ´La tragedia del amor´, original del propio actor. Las entradas estaban completamente agotadas y el público dispuesto a despedir cariñosamente a la compañía. Ese miércoles 6 de marzo de 1918, después de almorzar en el Gran Hotel, el apoderado de la Casa Ballesteros, Eduardo Hidalgo, propuso a Jambrina realizar una breve excursión por los alrededores de Avilés en el automóvil de la Casa, un Hispano-Americano de 60 caballos y matrícula 475 de Oviedo. Les acompañaban el gerente de la empresa del Iris, Serafín Álvarez García, y el chófer Ramón Pardo Prida.

El accidente

Tras visitar Salinas y Arnao, tomaron al regreso la carretera de Avilés a Piedras Blancas por El Caliero (hoy denominada carretera de La Plata). LA VOZ DE AVILÉS del día siguiente contaba con todo detalle el trágico suceso a sus lectores: «entre los kilómetros 2 y 3, a la salida de la curva donde se inicia la pendiente, en subida, sea para salvar algún accidente u obstáculo, o porque le faltase la dirección al auto, éste avanzó unos cuantos metros por el talud de la izquierda hasta perder la estabilidad y ser lanzado al campo contiguo, más bajo que la carretera». Serafín Álvarez, dándose cuenta del peligro, pudo lanzarse fuera del coche y resultó ileso; los otros tres viajeros cayeron con el auto y salieron despedidos a la primera vuelta. Eduardo Hidalgo recibió fuertes contusiones en pecho y espalda. Jambrina tuvo la desgracia de ser alcanzado «en su vuelco por el coche en la cabeza, y sufrió fractura de la mandíbula y del frontal del lado derecho con hundimiento del pómulo y toda la región lateral derecha, quedando muerto en el acto». El chófer continuó rodando con el vehículo unos ocho metros, sufrió la rotura de una costilla, magulladuras en una pierna y tuvo que ser sacado de debajo del coche por dos mujeres que pasaban por allí.

Los accidentados fueron socorridos en primer lugar por el doctor García López y poco después por el doctor Pérez, siendo trasladados a sus domicilios, donde los atendió el doctor López Ocaña. El cadáver de Jambrina, tras ser levantado por el juez, fue llevado al Teatro Iris, en cuyo vestíbulo se instaló la capilla ardiente. Allí fue velado toda la noche por sus compañeros y al día siguiente hubo que abrir las puertas y permitir el acceso al numerosísimo público que acudió, conmocionado y dolorido. La familia y la empresa de la Sociedad de Espectáculos acordaron que el entierro tuviese lugar en la tarde del jueves 7 de marzo, y al día siguiente, a las 10 de la mañana, celebrar el funeral en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery.

El entierro

La conmoción que produjo la muerte del joven actor en Avilés e incluso en Asturias fue inmensa. Los comercios y algunas industrias de la villa cerraron para facilitar la asistencia de sus empleados al entierro, al que acudió también muchísima gente de los alrededores (Salinas, Villalegre.), de Gijón (donde había actuado anteriormente) y de Oviedo (donde tenía previsto actuar después). Según LA VOZ DE AVILÉS, a las cinco de la tarde se puso en marcha el cortejo fúnebre desde el Iris, «siendo tal la concurrencia que sólo los que la hayan visto pueden formarse idea de su magnitud e importancia». El ataúd, precedido por todo el clero de las dos parroquias avilesinas y llevado a hombros por los actores de su Compañía y varios empleados de la Sociedad de Espectáculos, ostentaba tres magníficas coronas, una de la familia, otra de sus compañeros (dedicada ´a su hermano´) y la tercera de la empresa del Iris.

Estaban presentes el alcalde de Avilés, José Antonio Guardado, los empresarios del teatro, una comisión del Círculo de la Unión Mercantil, otra del Stadium Avilesino, los empresarios de los teatros Robledo, de Gijón, y Jovellanos, de Oviedo, así como una representación del diario gijonés ´El Comercio´, presidida por el conocido periodista Adeflor. Una inmensa muchedumbre acompañaba al cortejo y los balcones se hallaban repletos de gente llorosa. Fueron muchísimas las personas que, una vez despedido el duelo, acompañaron al cadáver hasta el cementerio de La Carriona.

Muchos de los espectadores que no pudieron presenciar la última actuación de la Compañía renunciaron a recobrar el importe de la entrada para ayudar a los artistas. El impacto de la trágica muerte de Bernardo Jambrina fue tan intenso en Avilés que perduró en la memoria colectiva de los avilesinos durante largo tiempo. Gracias a la buena memoria de mi amigo Fernando Álvarez Balbuena, puedo ofrecer una coplilla popular que él oyó cantar en su casa a una costurera llamada Luz, y que decía así: «Por las calles de Avilés / iba Jambrina en un auto; / cayó por un terraplén / y allí se quedó sin vida». El lugar en que se mató el joven actor fue conocido como la curva de Jambrina.

Como homenaje póstumo, su suegro César Muro editó el libro ´Repaso mis versos´ (La Coruña, 1919), de 96 páginas, en el que el escritor gallego Ramón Fernández Mato recogió los poemas que había escrito y recitado Bernardo Jambrina con tanto éxito en los escenarios.

Nota

(*) Este texto se publicó también en el diario La Voz de Avilés-El Comercio, en dos entregas (sábado 18 de diciembre de 2010 y martes 4 de enero de 2011) y con el título Avilés, 1918: La trágica muerte del actor Jambrina, en la sección «Pliegos del alfoz» que Ramón Baragaño dedica a investigaciones locales.

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La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Avilés, Castrillón, Corvera de Asturias y Illas. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

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Resumen

Clasificación: Etnografía

Clase: El concejo

Tipo: Varios

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Avilés

Parroquia: Avilés

Entidad: Avilés

Zona: Centro de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Comarca: Comarca de Avilés

Dirección: Aviles

Código postal: 33402

Web del municipio: Avilés

E-mail: Oficina de turismo

E-mail: Ayuntamiento de Avilés

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