Suárez Inclán, Julián

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Descripción

Militar, político y escritor nacido en Avilés el 7 de enero de 1848. Era hijo del destacado político y escritor avilesino Estanislao Suárez Inclán y de Cándida González Villar y Jove, de Luanco. Su hermano Félix fue ministro de Agricultura, Industria y Comercio en el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta.

Tras los estudios preparatorios, el 1 de septiembre de 1862 ingresa en la Escuela de Estado Mayor con el número uno, que mantiene a lo largo de su carrera, recibiendo el 26 de julio de 1865 el grado de subteniente. Su primera intervención militar se produce el 22 de julio de 1866, siendo aún alumno, para reprimir la sublevación que tiene lugar en el cuartel de San Gil de Madrid, obteniendo entonces la primera condecoración por méritos de guerra. Ascendido a teniente de Estado Mayor en julio de 1867, se le destina al regimiento de Húsares de Pavía, con el que participa en 1869 en la batalla de Alcolea, bajo mando del general Novaliches; aquí obtiene el ascenso a capitán, aunque el empleo efectivo como tal no lo iba a lograr hasta mayo de 1871, en operaciones del Ejército de Andalucía. Luego interviene con el Ejército del Norte en las campañas contra los carlistas (partidarios del pretendiente Don Carlos de Borbón), tomando parte en los enfrentamientos de Aya, Monreal, Montejurra, Valvida, Arenillas, Somorrostro, Cortes y Bilbao; su actuación le vale el ascenso a comandante en 1873, teniente coronel en 1874 y coronel en 1875.

Al llegar la paz, se le destina en 1877 como profesor en la Escuela de Estado Mayor, puesto en el que permanece hasta 1886. Por entonces publica su Tratado de topografía, que se convierte en libro de texto en las academias militares y obtiene la medalla de oro en la Exposición Universal de Barcelona de 1883. En 1886 interrumpe su carrera militar y se presenta a las elecciones al Congreso de los Diputados por el distrito asturiano de Pravia, por el que sale elegido. Al mismo tiempo da conferencias en el Centro del Ejército y la Armada, en el Ateneo Científico, Literario y Artístico, en la Sociedad Geográfica y en otras entidades; una de ellas, Naciones ibéricas, pronunciada en el Centro Militar de Madrid, fue publicada en un folleto.

Suárez Inclán participa en el Congreso Militar Hispanoamericano celebrado en 1892 con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América y se le encomienda la redacción de las actas.

Siendo coronel del Estado Mayor, al crearse la Escuela Superior de Guerra se le nombra segundo jefe y director de estudios, y se le concede la cruz del Mérito Militar. Además, es nombrado miembro de la Comisión especial de Defensa del Reino.

En 1894 publica Expedición a Marruecos del rey don Sebastián de Portugal.

Al estallar en Cuba en 1895 la guerra contra el dominio español, embarca hacia la isla caribeña el 30 de abril de dicho año y lo hace como jefe de Estado Mayor del segundo cuerpo de Ejército, a las órdenes del teniente general Sebas Marín, que fue quien le impuso en tal cargo, a pesar de que su desempeño normalmente correspondía a un general de división. Su demostrada capacidad táctica y organizadora le vale enseguida el ascenso a jefe de Estado Mayor de todas las fuerzas españolas destacadas en Cuba. Weyler, capitán general de la isla, le pone al frente de una columna de operaciones en la provincia de Pinar del Río para combatir a las tropas de Maceo, a las que derrotó y puso en retirada en la operación de Candelaria, el 16 de marzo de 1896. Por ello es ascendido a general de brigada. Y sigue al mando de la citada columna, con la que sale victorioso, frente a Maceo y los suyos, de Las Lomas de Cocaragicara y de Aguacate —gracias a lo cual es condecorado con la gran cruz del Mérito Militar con distintivo rojo— y de las batallas de las Lomas de Rubí y de Sierra Gobernadora.

En 1897 tiene que volver a España por culpa de unas fiebres palúdicas que contrajo en Bahía Honda. A su regreso se le tributan sentidos homenajes en Madrid, así como en su Asturias natal. Retoma los estudios históricos y la política, siendo elegido de nuevo diputado por Pravia en 1898. Ese mismo año, con motivo de publicarse su libro Guerra de anexión con Portugal durante el reinado de Felipe II, la Academia de la Historia le nombra miembro correspondiente, y miembro de número en 1900; su discurso de ingreso se titula La liberación de París en 1850. En marzo de 1902 es ascendido a general de división y pasa a ocupar el cargo de segundo jefe del Estado Mayor Central, en el que se mantendría hasta su jubilación; además se le condecora con la Gran Cruz de San Hermenegildo. También llega a la presidencia de la Sociedad Geográfica, de la sociedad de Tiro Nacional de España y del Centro Asturiano de Madrid. En 1907 el Gobierno francés le otorga el grado de gran oficial de la Legión de Honor. El 31 de enero de 1909, lee el discurso que le había encargado la Real Academia de la Historia con motivo de la conmemoración del primer centenario de la guerra de la Independencia y del tercer aniversario de la muerte del historiador y general José Gómez de Arteche. Poco después, el 9 de marzo de 1909, fallece Julián Suárez Inclán en Madrid.

Aparte de las mencionadas, dejó publicadas otras obras, entre ellas: El teniente general don Pedro Lucuce, sus obras e influencia que ejerció en la instrucción militar en España (1903) y Banderas y estandartes de los cuerpos militares (1907).

Sobre su figura se escribe lo siguiente en un folleto anónimo, publicado en Luarca en 1897 y citado por Constantino Suárez (Españolito): «Militar valiente, aguerrido y pundonoroso, publicista notable, orador correcto y afable, es el general Suárez Inclán, por todas estas circunstancias, además de cumplido caballero, una de las mejores ilustraciones de nuestro Ejército y uno de sus más apreciados caudillos. Rechazando valimientos y protecciones, ha llegado paso a paso y por méritos de guerra al generalato, cuando otros sobrados tuvo para alcanzarlo antes; y a pesar de su significación política, nunca quiso servirse de ella para ascender y medrar, llevando, cuando fue promovido a general de brigada, cerca de veinte años en el empleo de coronel. No puede hacerse mejor elogio suyo que el simple enunciado de este hecho».

Bibl.: Constantino Suárez, Escritores y artistas asturianos, Oviedo, 1959.

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