Cabezas, Juan

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Cabezas, Juan | Reseñas históricas | Ciencia y tecnología | Marinos | Avilés | Comarca de Avilés | Centro de Asturias | Costa de Asturias | Asturias | Principado de Asturias | España | Europa.

Descripción

Conocido también como Juan de Grado, fue uno de los más destacados navegantes y descubridores asturianos del primer cuarto del siglo XVI. Había nacido en Avilés en el seno de una familia de hidalgos, dedicando la mayor parte de su vida a pilotar barcos por los océanos Atlántico y Pacífico.

Su aventura americana comienza en 1514 cuando parte hacia las nuevas tierras descubiertas por Cristóbal Colón en la armada del gobernador Pedrarias de Ávila. Además del marino avilesino iban en esta expedición otros españoles que luego alcanzarían renombre universal: Hernando de Soto, Diego de Almagro, Sebastián de Belalcázar, Francisco de Montejo, Gonzalo Fernández de Oviedo, Bernal Díaz del Castillo, etc.

La armada salió de San Lúcar de Barrameda el 11 de abril de 1514. El avilesino pilotaba uno de los veinticinco navíos de que se componía la flota. El destino final de la armada era Santa María de la Antigua. Esta colonia, situada en la costa atlántica de la actual República de Panamá, la fundó un grupo de desesperados españoles, entre los cuales se hallaba Vasco Núñez de Balboa, quien pronto asumió el mando de la misma. Cuando Pedrarias de Ávila, nuevo gobernador de esta zona conocida como Castilla del Oro, llegó el 29 de junio de 1514 a ella, ya Balboa y sus hombres habían explorado gran parte del área, pacificado a las tribus indias y descubierto el océano Pacífico, que ellos llamaron Mar del Sur.

En esos tiempos en que tantos aventureros buscaban la fama y riquezas, Juan de Cabezas tampoco se quedó atrás. Aunque él era marino, también participó en algunas empresas terrestres, acompañando a diversos capitanes a explorar y conquistar las regiones del interior del istmo panameño. Así, en 1515, fue con el gobernador Pedrarias de Ávila al golfo de Urabá, a la punta de Caribana, a castigar a sus habitantes por haber dado muerte meses antes a un destacamento de soldados españoles. De aquí pasaron después al puerto de Acla. Mientras el gobernador regresaba a La Antigua por hallarse enfermo, Juan Cabezas continuó con el licenciado Gaspar de Espinosa.

Durante el año 1516 y primeros meses del siguiente, el piloto avilesino recorrió la actual República de Panamá desde Acla - —en la costa atlántica— hasta más allá del cacicazgo de París en la península de Azuero —en la costa del Pacífico—, sometiendo a los jefes indios que se habían sublevado contra el dominio español. De esta expedición del licenciado Espinosa, a quien Las Casas acusa de haber cometido toda clase de atropellos con los aborígenes, trajo más de dos mil prisioneros indios y un botín de mil pesos de oro.

Tras el juicio, condena y ejecución de Vasco Núñez de Balboa (enero de 1519), Pedrarias de Ávila se dirige con todos sus hombres al Pacífico y funda, el 15 de agosto de ese año, la ciudad de Panamá. El avilesino, uno de los que participaron en esta fundación, parte entonces otra vez con el licenciado Gaspar de Espinosa a explorar esta costas. Se aprovecha para ello de dos de los cuatro navíos que con tanto esfuerzo habían construido Balboa y sus socios. De estos barcos Juan Cabezas es nombrado maestre y piloto.

En el otoño del citado año parten los expedicionarios en dirección al poniente, hacia Nicaragua. Este litoral era completamente desconocido para los europeos, cabiéndole al avilesino el honor de ser uno de sus descubridores y exploradores. De Panamá los navegantes siguen el litoral, bordean la península de Azuero y llegan hasta la punta de Burica, en el actual golfo de Chiriqui, muy cerca ya de la actual frontera con Costa Rica. En este lugar o en sus proximidades desembarca la mayor parte de los expedicionarios, quienes con Espinosa al frente deciden retornar a la ciudad de Panamá por tierra.

Espinosa, antes de regresar, ordena a uno de los barcos que siga descubriendo costa adelante. El otro seguirá por el litoral a los hombres que van por tierra para abastecerles. Desconocemos si Juan Cabezas continuó explorando en solitario hasta el golfo de San Lúcar, o retrocedió hacia Panamá. Lo que sí está claro es que esta expedición fue de gran importancia ya que se recorrió por tierra y mar todo el Oeste panameño hasta Costa Rica.

En el año 1522 el gobernador Pedrarias de Ávila recompensó los servicios prestados a la Corona de Castilla por el avilesino entregándole en encomienda el pueblo de Chatorebra con cien indígenas, incluido el jefe indio. Este pueblo pertenecía al cacicazgo de Chochama, en la costa del Pacífico, pero sin que sepamos el porqué el marino asturiano se presentó ante el gobernador y le comunicó que renunciaba a él y que lo diese a quien quisiese.

La otra gran empresa en la que participó este maestre asturiano fue la del descubrimiento del Perú. Francisco Pizarro y su socio Diego de Almagro habían iniciado en 1524 las primeras exploraciones de la costa pacífica de la actual Colombia. En 1526 tiene lugar la segunda expedición hacia el Perú. En esta ocasión Juan Cabezas se une al grupo y con ellos participa en el descubrimiento del Perú. Las dificultades a que tienen que enfrentarse son grandes. El hambre, la hostilidad de los indígenas, la prohibición de las mismas autoridades españolas a que se siga explorando son algunas de ellas. Pero Francisco Pizarro y algunos de sus hombres no se rinden. Son los Trece de la Fama que quedan aislados en la isla de la Gorgona durante seis meses.

Juan Cabezas había vuelto a Panamá, igual que Diego de Almagro y otros aventureros que estaban tomando parte en esta empresa. Por fin las autoridades de Castilla del Oro acceden a socorrer a Francisco Pizarro y al puñado de sus hombres que se hallaban en situación límite en la isla de la Gorgona. Pizarro no ve otra salida para proseguir la aventura que ir a España y hacer una capitulación con el mismo rey Carlos I.

Mientras, Juan Cabezas se dedicó a viajar por el Pacífico entre Panamá y Nicaragua pilotando una carabela, descubriendo a la entrada de la bahía de Montijo (Panamá) las islas de Cebaco. En 1529 realizó un viaje desde el puerto de la Posesión, en Nicaragua, hasta la ciudad de Panamá comandando la carabela Santiago. Entre los viajeros que llevaba se encontraba el mismo cronista Gonzalo Fernández de Oviedo. La travesía fue bastante accidentada. A la falta de viento propicio se unió el que estando navegando por el golfo de Orotiña se dieron cuenta de que el timón y dos tablas del costado del navío estaban podridas o comidas por la broma. El maestre y piloto avilesino consiguió tomar tierra en la isla de Pocosi.

Durante el tiempo que permanecieron en la isla se alimentaron sobre todo de lo que pescaban, especialmente «agujas paladares», muy abundantes por estas aguas. En una sola noche de luna el marino asturiano y unos pocos de sus hombres capturaron más de quinientas de esas aguas y trece tiburones. Al cabo de veinte días el habilidoso maestre Cabezas consigue aderezar el navío y gracias a él «nos salvamos todos», certifica el cronista Oviedo. Por fortuna, tuvieron desde allí vientos favorables y llegaron en ocho días a la ciudad de Panamá. Cuando Francisco Pizarro regresa de España con el título de gobernador del Perú, Juan Cabezas, al igual que otros asturianos, se une de nuevo a él. En el año 1531 se emprende la tercera y definitiva expedición al Perú. Son ciento ochenta hombres que en tres barcos se lanzan a un mundo desconocido y salvaje. En Tacamez e isla Puná los indios hacen frente a los extranjeros. Muchos españoles mueren, pero el resto sigue adelante. En Piura fundan la localidad de San Miguel, donde dejan a los enfermos. Los barcos van a Panamá y Nicaragua a buscar refuerzos. La ascensión de los Andes les espera. Arriba, en Cajamarca, el inca Atahualpa aguarda con un poderoso ejército. Pero nada puede con el tesón, la osadía y astucia de los europeos y sus poderosos armas.

Entre tanto, Juan Cabezas, que había quedado en los barcos, reanuda la exploración de la costa incaica hasta más allá de Pachacama, próximo ya al río Chincha. Le cabe por ello el mérito de ser el descubridor de gran parte del litoral peruano.

Juan Cabezas fue gran amigo del cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, a quien le dio abundante información sobre los descubrimientos que iban haciendo los españoles por Sudamérica, así como de los puertos, lugares, distancias, fauna y vegetación, etc. Estas valiosas noticias las reflejará el cronista Oviedo en su monumental obra «Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar Océano». Estudiándolas, se saca la conclusión de que el piloto avilesino realizó muchos más viajes por la costa del Pacífico, desde Nicaragua hasta cerca ya de Chile, pero, por desgracia, las crónicas de la época no reflejan estas exploraciones y descubrimientos.

Fuente: José Ramón Martínez, Rogelio García y Secundino Estrada, «Historia de una emigración: asturianos a América, 1492-1599», Oviedo, 199

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«Además de las pinturas, la cueva de Tito Bustillo también presenta otras manifestaciones artísticas, como grabados y relieves en las rocas. Estas marcas muestran la diversidad de técnicas utilizadas por los antiguos habitantes de la cueva para plasmar sus creaciones en las paredes de piedra.»

Resumen

Clasificación: Reseñas históricas

Clase: Ciencia y tecnología

Tipo: Marinos

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Avilés

Parroquia: Avilés

Entidad: Avilés

Zona: Centro de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Comarca: Comarca de Avilés

Dirección: Aviles

Código postal: 33402

Web del municipio: Avilés

E-mail: Oficina de turismo

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