Carreño Miranda, Juan

San Tirso de Abres › Avilés › Asturias

[EuroWeb Media]

Datos básicos

Clasificación: Reseñas históricas

Clase: Arte, cultura y deporte

Tipo: Pintores

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Avilés

Parroquia: Avilés

Entidad: San Tirso de Abres

Comarca: Comarca de Avilés

Zona: Centro de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Código postal: 33402

Cómo llegar: Carreño Miranda, Juan

Dirección digital: 8CMPH35G+82

 

Carreño Miranda, Juan

Nota: No disponemos de foto de Carreño Miranda, Juan, mostramos un detalle del mapa de la zona. Si observa algún error en el contenido, agradecemos use el formulario que hay a pie de página.

Descripción:

El pintor Juan Carreño Miranda (Avilés, 1614-Madrid, 1685), uno de los mejores retratistas de la Corte española.

Admirado por Velázquez, del que era gran amigo, «el sucesor propiamente dicho de Velázquez en la escuela de Madrid fue Don Juan Carreño Miranda, sin duda el personaje artístico de mayor importancia de la segunda mitad del siglo XVII» (Augusto L. Mayer).

Pintor de la Corte y del rey Carlos II, dejó muestras de su excepcional categoría en multitud de obras. En 1669 fue nombrado pintor del Rey y en 1671, pintor de Cámara. En Madrid estudió con los más conocidos maestros de su tiempo.

El museo parisino del Louvre expone espléndidos cuadros suyos.

Aparte de su labor decorativa, la obra de Carreño Miranda se puede agrupar en dos apartados: cuadros de asunto religioso (Los Desposorios de Santa Catalina, Santa Ana dando lecciones a la Virgen...) y retratos (Marquesa de Santa Cruz, Duque de Pastrana, Don Enrique Felipe de Guzmán, etc.).

Bibl.: Pilar Gómez Vizcaíno y Ángel Mario Carreño, Juan Carreño Miranda. Vida y obra (edit. Obra Social y Cultural de Cajastur, Oviedo, 2010).

(Fuente: EuroWeb Media, SL)

CARREÑO MIRANDA, EL PINTOR ASTURIANO MÁS IMPORTANTE DE TODOS LOS TIEMPOS

  • Autor: Alberto del Río Legazpi*, escritor e investigador asturiano

El distinguido salón de recepciones del Ayuntamiento de Avilés, recinto de elegancia muy medida, tiene en su lugar de honor un repostero medieval, flanqueado por los retratos de dos personajes.

El repostero, gallardete o pendón –dicho sea sin perdón– recuerda tiempos, casi legendarios, en los que Avilés se regía por un fuero concedido, expresamente, por el rey de Castilla y León.

Y escoltándolo, el marino Pedro Menéndez de Avilés y el pintor Juan Carreño de Miranda, como queriendo dejar bien sentado que mar y arte, son norte y sur en la historia de la villa asturiana.

Juan Carreño de Miranda, pintor de la corte del rey de España, y también de templos religiosos, nació en Avilés un 25 de marzo de 1614. Al fallecer su madre, su padre se lo llevó, cuando aún no había cumplido los 10 años y el vínculo Avilés-Carreño Miranda, se difuminó. Un capítulo aparte.

Así que, a temprana edad comenzó su peregrinación por Valladolid y Madrid. Fueron tiempos bastante duros para esta familia de hidalgos pobres. El joven Carreño, pintaba como y cuando podía, y ayudaba a su padre en la reso¬lución de pleitos, que así se ganaba la vida su progenitor, tan liante como gorrón, según las noticias que de él han llegado.

Y en la resolución de los litigios paternos, fue cómo un día conoció casualmente –en un juzgado, claro– a Diego Velázquez, el genial artista sevillano, que ejercía como pintor de cámara del rey de España. El conocimiento maduró en una amistad que llevó al andaluz a introducir al asturiano en el palacio real como ayudante.

Poco se imaginaba Carreño que con el tiempo sustituiría, en la corte, a Velázquez. Cuando, en 1671, lo nombraron «pintor de Cámara» había llegado a la cúspide, a pesar de la desastrosa vida familiar que le había procurado su padre y familia de su padre. Una cruz.

Quizás todo eso lo equilibró su casorio con María de Medina, unión sacra¬mental que benefició a ambos.

Y profesionalmente prevalece lo importante: la calidad artística de Carreño Miranda. Así como su amigo, y antecesor, Velázquez hizo en ‘Las Meninas’, Carreño retrata también –y muy bien– lo que ve: Por ejemplo «Carlos II a los diez años» un niño enfermizo, triste, de cara alargada y abundante melena rubia. Pero el cuadro anuncia, también, lo que no se ve de este último rey de los Habsburgo: un ser humano patético, de salud tan endeble que a veces ni se tenía en pie.

Por Madrid corrían coplas crueles: «El Príncipe, al parecer, / por lo endeble y patiblando, / es hijo de contrabando, / pues no se puede tener…»

Carreño creció pictóricamente, en aquella corte de los milagros, en una España hundida en ruina económica, quizás cercana a la de estos tiempos de 2012. Pero el ‘mayor problema’, para la tétrica corte, era la incapacidad del rey Carlos II «El hechizado» para dejar embarazada a la esposa que le habían asignado, la parisina Maria Luisa de Orleans, hermana del rey de Francia. Urgía la descendencia al trono español.

Asunto que motivó otra copla popular: «Parid bella flor de lis / que, en aflicción tan extraña / si parís, parís a España, / si no parís, a París».

Y de una u otra forma, ese ambiente de corte y cortesanos, fueron reflejados por Carreño, artista de talento demostrado en las muchas obras que acometió, incluida la pintura religiosa. Aunque lo bordaba como retratista.

Tiene cuadros colgados en los principales museos (El Prado de Madrid, Louvre de París y el Hermitage de San Petersburgo) y su arte reluce en templos religiosos, mayormente de la capital española.

Un pintor que ni pintado, y buena gente, este Juan Carreño, nacido hace cuatro siglos en La Lleda –lugar de la parroquia de Miranda de Avilés– y que tiene desplegada su obra por gran parte del mundo mundial.

Una pasada, de pintor y de pintura.

Nota

(*) Este texto está publicado también en la edición gráfica del diario El Comercio-La Voz de Avilés, con fecha 22 de julio de 2012 y el mismo título, en la página dominical «Los Episodios Avilesinos» que Alberto del Río dedica a aspectos históricos, artísticos, biográficos y costumbristas. Paralelamente, en la edición digital, se reproduce el mismo artículo en un blog titulado «Los Episodios Avilesinos».

Sobre el Concejo de Avilés

Avilés es un pequeño concejo de 25,34 kilómetros cuadrados de superficie que representa el 0,239% de extensión del Principado, situado en el centro de la costa asturiana y a 26 Km. de Oviedo. Está limitado por el mar Cantábrico y por los concejos de Gozón al este, Corvera al sur y Castrillon e Illas al oeste. Los núcleos de población con más habitantes en el concejo de Avilés son, por este orden: Avilés capital, Miranda, Heros, Caliero, Tabiella y Sablera.

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